Una mujer ingresó al Hospital Rosales para el tratamiento de una hernia.
Los médicos le extrajeron el útero y lo partieron en dos para extraer
muestras de fibromas. Hasta después se percataron de que la mujer estaba
embarazada: en su útero tenía un feto de cuatro meses.
Ingresó al quirófano cerca de las 7 de la mañana del 6 de febrero de
2013. Le habían programado una cirugía para colocarle una malla que le
ayudaría a contener una hernia en su vientre. La operación había sido
calculada para tres horas. Sin embargo, las tres horas se dilataron a un
día. Los médicos, además de colocarle la malla, decidieron quitarle el
útero porque detectaron que estaba invadido por tumores benignos.
“No me acuerdo de nada de la cirugía. Solo de lo que pasó después. El
día siguiente, que me desperté y me vi con drenos y sondas, le pregunté
al doctor que qué me pasaba. Él se me quedaba viendo, no me decía nada y
se metía las manos a la bolsa. Después me dijo que las cosas no habían
salido como esperaban porque cuando me abrieron hallaron la gran
sorpresa”, relata la mujer, a quien en esta publicación se identificará
como María.
Los médicos trasladaron el útero hacia el laboratorio de patología del
hospital para extraer muestras de los fibromas. Allí se percataron de
que dentro del útero de María había algo más que tumores benignos: había
un feto de sexo femenino que, según la autopsia preliminar que ha hecho
el Instituto de Medicina Legal (IML), tenía cuatro meses de gestación.
María tiene 42 años. Había delegado a su hermana para que decidiera qué
hacer en caso de cualquier complicación. Fue su hermana quien, mientras
ella estaba bajo los efectos de la anestesia, avaló que le extrajeran el
útero.
“Yo no sé si fue un feto, yo no sé nada. A mí solo me dijeron: ‘le
quitamos las cositas porque estaba bien feíto allí todo eso. Usted no se
preocupe porque no tiene matriz, porque no tiene ovario. Lo importante
es que la hemos salvado’, pero yo, la verdad, la verdad, no sé nada”,
afirma María.
De hecho, no fue María quien presentó la denuncia ante las autoridades.
El 11 de febrero, cuatro días después de la cirugía, el director del
Hospital Rosales remitió una nota a la Fiscalía General de la República
(FGR).
“Fui informado por médicos del hospital de una situación que se
consideró anormal... Nuestra obligación es informar a las autoridades
correspondientes: Fiscalía y Medicina Legal. Ellos hacen las
investigaciones y de ahí van a deducir responsabilidades. Nunca hemos
tenido un caso como este. Es primera vez, por eso lo hemos tratado con
las reservas del caso y que sean las instancias (a las) que les
corresponde las que sigan el proceso”, declaró ayer el director del
hospital, Mauricio Ventura.
¿Qué ha hecho la Fiscalía desde entonces? Albina Mangandí, coordinadora
de fiscales, explicó que al recibir la notificación del director del
Hospital Rosales, ordenaron el secuestro del expediente clínico y
pidieron a Medicina Legal que realizara los peritajes.
“Aparentemente fue cortado el útero sin percatarse que había un bebé
adentro y por supuesto eso fue la causa de la muerte del bebé: asfixia.
Murió porque fue arrancado del útero. Tenemos la autopsia preliminar, el
jefe de patología está haciendo una segunda revisión”, explicó el
director de Medicina Legal, Miguel Fortín.
El feto pesó 275 gramos y midió 22 centímetros de talla, presentaba
múltiples cortes y amputaciones, según un reporte preliminar de Medicina
Legal. La fiscal dice que están investigando a los médicos que
intervinieron por el delito de lesiones culposas por responsabilidad,
que puede ser castigado hasta con dos años de prisión. Eso significa que
está tratando de identificar a los médicos responsables. A todos, en
caso de que los dictámenes forenses lo determinen, les imputarán dicho
delito.
“El informe que nos va a dar Medicina Legal es para determinar nombres
específicos. En el peritaje nos tienen que determinar qué exámenes se
hicieron y sobre todo qué exámenes se dejaron de hacer. Cuando tengamos
eso vamos a decidir”, explicó Mangandí.
María no tiene ninguna certeza. No está segura si en realidad estaba
embarazada, ni tampoco sabe qué fue lo que le quitaron. En octubre de
2012, según relata, estuvo en control con un médico del Hospital de
Maternidad. En marzo del año pasado, de hecho, le realizaron una
ultrasonografía en la que le detectaron los fibromas. A ese médico,
según recuerda, ella le contó que durante cinco meses no había
menstruado. Él, según ella, le decía que eso era consecuencia de los
tumores en su útero.
—Doctor, pero hace cinco meses que no me baja la menstruación. Yo digo
que me debería dejar una ultra. ¿Y mire, doctor, esto es normal? Es que
me agarra un dolor como me meten una estaca y hasta me quedo sin aire.
—No te aflijás que es por lo mismo de los fibromas, más vos que estás en
la menopausia. Vos salí de tu procedimiento en el Rosales y yo después
te quito eso.
Nunca le practicaron una prueba de embarazo. La copia de los resultados
de la última ultrasonografía (la de marzo de 2012 ) la conserva en medio
de un legajo de papeles que mantiene en su casa.
“Yo no había hecho nada con nadie, cómo iba a creer que estaba
embarazada. Además, yo embarazada nunca me sentí. No me dieron antojos,
no me crecieron los pechos. A las mujeres cuando están embarazadas les
pasan esas cosas. Yo nunca sentí nada”, agrega la mujer.
La madre de María intenta encontrar otro tipo de explicaciones. “Usted
sabe que hay tanta gente mala. Quién quita un daño me le hayan querido
hacer a ella y eso fue lo que le encontraron allí, el daño”, opina la
mujer.
María todavía no ha sido interrogada por la fiscalía. Todavía está
convaleciente de la cirugía: camina despacio y puede permanecer poco
tiempo de pie. Tenía programado un control el 4 de abril en el Hospital
de Maternidad, pero ha decidido que ya no asistirá: “Es que en el
Hospital (Rosales) me han dicho que me voy a ir presa. Y yo cómo me voy a
ir presa por algo que ni sabía. A mi hermana también le han dicho que
va a ir presa. Ella hasta tiene miedo de perder el trabajo. Yo por lo
único que me puedo ir presa es porque nunca supe nada”.
Via: La Prensa Grafica.
pura babosada
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