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El calorón revivió al muerto

Cual si fuese zarigüeya un hombre chino trató de fingir su muerte, inculpar a los guardias urbanos conocidos como Chengguanen y así obtener una compensación.
 Los Chengguanen tienen la responsabilidad de hacer cumplir con las normas cívicas relacionadas con el trafico, la salud publica y el medio ambiente. Sin embargo, lo hacen a punta de golpes. Aprovechando su mala fama, este vendedor de frutas junto con dos cómplices tramaron un gran plan.

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