Hombre fallece por los excrementos de un elefante.
El pasado 26 de octubre saltó la trágica noticia del fallecimiento de
un cuidador del zoo de Paderborn (Alemania) cuando un elefante defecó
encima suyo. El cuidador, Friedrich
Riesfeldt, de 46 años, dio a su estreñido elefante, Rose, 22 dosis de
laxantes, además de bayas, higos y ciruelas. El resultado fue que el
animal de golpe se sintió aliviado y descargó 150 Kg. de excrementos
sobre éste. La brutal defecación del elefante pilló desprevenido a
su cuidador, que empujado por la fuerza de las heces, cayó de espaldas
golpeándose contra una piedra. Según la policía, mientras el cuidador
yacía inconsciente, el paquidermo siguió soltando encima suyo su materia
orgánica. Permaneció bajo la masa tóxica durante una hora, hasta
que una persona que pasaba por allí dio la alerta. Pero ya era demasiado
tarde. Bajo la inmensa masa de estiércol sólo se veían las pantorrillas
y los pies del domador. Friedrich había muerto ahogado. Todo había
empezado un 23 de abril cuando Friedrich notó que su elefante, valorado
en unas 8.000 libras, no defecaba con la abundancia con que solía
hacerlo anteriormente. - Friedrich estaba bastante preocupado,
porque sabía que el estreñimiento puede acabar matando a un elefante
-dijo Kurt Herman, ayudante del cuidador-. Me dijo que ese jueves se
quedaría hasta tarde para darle al elefante laxantes e incluso hacerle
un enema. Me ofrecí a ayudarle, pero me dijo que me fuera a casa, que lo
tenía todo controlado. - Nunca pensé que pudiera pasar algo así,
pero ahora soy consciente de que hacer una enema a un elefante puede ser
una actividad realmente peligrosa -advirtió Kurt.
El 7 de marzo del 321, por primera vez en la historia se declaró el
domingo como día de reposo civil obligatorio. Fue Constantino I El
Grande quien creó dicha ley, entre muchas otras, reflejando mejoras ante
unas épocas tan violentas. Así, los mercados y talleres permanecían
cerrados en domingo. “En el venerable día del Sol, que los
magistrados y las gentes residentes en las ciudades descansen y que
todos los talleres estén cerrados. En el campo sin embargo, que las
personas ocupadas en la agricultura continúen sus quehaceres porque
suele acontecer que otro día no sea apto para la plantación o de viñas o
de semillas. No sea que por descuidar el momento propicio para tales
operaciones la liberalidad del cielo se pierda”, afirmó el emperador
Constantino I. Antes de la Revolución francesa, los países
donde reinaba la tradición cristiana estaban prohibidos los trabajos
manuales, el comercio y bailes en domingo. Después de la Revolución, el
descanso dominical fue apareciendo paso a paso en el derecho laboral y
hoy en día está admitido en casi todas las legislaciones. La mayoría de
las confesiones cristianas actualmente lo consideran un día sagrado y
que habitualmente conlleva la asistencia a misa o al servicio dominical
correspondiente.